El origen de este simpßtico perro, tambiΘn definido como un mastφn en miniatura, debe buscarse en el Extremo Oriente. Desciende directamente de los perros Pai, tan apreciados por los emperadores chinos, y su difusi≤n en el continente europeo se debe a los comerciantes holandeses de sedas y especies que, al comienzo del Renacimiento, los llevaron consigo en sus viajes de retorno, conjuntamente con sus preciosas cargas. Su tama±o, no muy grande, y su aspecto arisco y severo, contribuyeron de manera determinante a su rßpida difusi≤n entre las familias nobles de Europa. Se dice, incluso, que al prφncipe holandΘs, Guillermo el Taciturno, le salv≤ la vida uno de estos peque±os perros que, dando la alarma durante la noche, previno un inesperado ataque de los espa±oles.